8 Cuando construyas una casa nueva, pondrás un pretil a tu azotea; así
tu casa no incurrirá en la venganza de sangre en el caso de que alguno se
cayera de allí.
9 No sembrarás tu viña con semilla de dos clases, no sea que quede
consagrado todo: la semilla que siembres y el fruto de la viña.
10 No ararás con un buey y una asna juntos.
11 No vestirás ropa tejida mitad de lana y mitad de lino.
12 Te harás unas borlas en las cuatro puntas del manto con que te
cubras.
13 Si un hombre se casa con una mujer, y después de llegarse a ella, le
cobra aversión,
14 le atribuye acciones torpes y la difama públicamente diciendo: «Me
he casado con esta mujer y, al llegarme a ella, no la he encontrado virgen,»
15 el padre de la joven y su madre tomarán las pruebas de su
virginidad y las descubrirán ante los ancianos de la ciudad, a la puerta.
16 El padre de la joven dirá a los ancianos: «Yo di mi hija por esposa
a este hombre; él le ha cobrado aversión,
17 y ahora le achaca acciones torpes diciendo: “No he encontrado
virgen a tu hija.” Sin embargo, aquí tenéis las señales de la virginidad de mi
hija», y levantarán el paño ante los ancianos de la ciudad.
18 Los ancianos de aquella ciudad tomarán a ese hombre, le
castigarán,
19 y le pondrán una multa de cien monedas de plata, que entregarán al
padre de la joven, por haber difamado públicamente a una virgen de Israel.
El la recibirá por mujer, y no podrá repudiarla en toda su vida.
20 Pero si resulta que es verdad, si no aparecen en la joven las pruebas
de la virginidad,
21 sacarán a la joven a la puerta de la casa de su padre, y los hombres
de su ciudad la apedrearán hasta que muera, por haber cometido una
infamia en Israel prostituyéndose en casa de su padre. Así harás desaparecer
el mal de en medio de ti.
22 Si se sorprende a un hombre acostado con una mujer casada,
morirán los dos: el hombre que se acostó con la mujer y la mujer misma.
Así harás desaparecer de Israel el mal.
23 Si una joven virgen está prometida a un hombre y otro hombre la
encuentra en la ciudad y se acuesta con ella,
24 los sacaréis a los dos a la puerta de esa ciudad y los
apedrearéis
hasta que mueran: a la joven por no haber pedido socorro en la ciudad, y al
hombre por haber violado a la mujer de su prójimo. Así harás desaparecer
el mal de en medio de ti.
25 Pero si es en el campo donde el hombre encuentra a la joven
prometida, la fuerza y se acuesta con ella, sólo morirá el hombre
que se
acostó con ella;
26 no harás nada a la joven: no hay en ella pecado que merezca la
muerte. El caso es semejante al de un hombre que se lanza sobre su prójimo
y le mata:
27 porque fue en el campo donde la encontró, y la joven prometida
acaso gritó sin que hubiera nadie que la socorriera.