2 Si el culpable merece azotes, el juez le hará echarse en tierra en su
presencia y hará que le azoten con un número de golpes proporcionado a su
culpa.
3 Podrá infligirle cuarenta azotes, pero no más, no sea que al golpearle
más sea excesivo el castigo, y tu hermano quede envilecido a tus ojos.