9 Después Moisés y los sacerdotes levitas hablaron así a todo Israel:
«Calla y escucha, Israel. Hoy te has convertido en el pueblo de Yahveh tu
Dios.
10 Escucharás la voz de Yahveh tu Dios y pondrás en práctica los
mandamientos y preceptos que yo te prescribo hoy.»
11 Y Moisés ordenó aquel día al pueblo:
12 Estos son los que se situarán en el monte Garizim para dar la
bendición al pueblo, cuando hayáis pasado el Jordán: Simeón, Leví, Judá,
Isacar, José y Benjamín;
13 y estos otros los que se situarán, para la maldición, en el
monte
Ebal: Rubén, Gad, Aser, Zabulón, Dan y Neftalí.
14 Los levitas tomarán la palabra y dirán en voz alta a todos los
israelitas:
15 Maldito el hombre que haga un ídolo esculpido o fundido,
abominación de Yahveh, obra de manos de artífice, y lo coloque en
un
lugar secreto. - Y todo el pueblo dirá: Amén.
16 Maldito quien desprecie a su padre o a su madre. - Y todo el pueblo
dirá: Amén.
17 Maldito quien desplace el mojón de su prójimo. - Y todo el pueblo
dirá: Amén.
18 Maldito quien desvíe a un ciego en el camino. - Y todo el pueblo
dirá: Amén.
19 Maldito quien tuerza el derecho del forastero, el huérfano o la
viuda. - Y todo el pueblo dirá: Amén.
20 Maldito quien se acueste con la mujer de su padre, porque descubre
el borde del manto de su padre. - Y todo el pueblo dirá: Amén.
21 Maldito quien se acueste con cualquier bestia. - Y todo el pueblo
dirá: Amén.
22 Maldito quien se acueste con su hermana, hija de su padre o hija de
su madre. - Y todo el pueblo dirá: Amén.
23 Maldito quien se acueste con su suegra. - Y todo el pueblo dirá:
Amén.
24 Maldito quien mate a traición a su prójimo. - Y todo el pueblo dirá:
Amén.
25 Maldito quien acepte soborno para quitar la vida a un inocente. - Y
todo el pueblo dirá: Amén.