37 Serás el asombro, el proverbio y la irrisión de todos los pueblos a
donde Yahveh te conduzca.
38 Echarás en tus campos mucha semilla y cosecharás poco, porque la
asolará la langosta.
39 Plantarás y cultivarás viñas, pero no beberás vino ni recogerás
nada, porque el gusano las devorará.
40 Tendrás olivos por todo tu territorio, pero no te ungirás de aceite,
porque tus olivos caerán.
41 Engendrarás hijos e hijas, pero no serán para ti, porque irán al
cautiverio.
42 Todos tus árboles y los frutos de tu suelo serán presa de los
insectos.
43 El forastero que vive junto a ti subirá a costa tuya cada vez
más
alto, y tú caerás cada vez más bajo.
44 El te prestará, y tú tendrás que tomar prestado; él estará a la cabeza
y tú a la zaga.
45 Todas estas maldiciones caerán sobre ti, te perseguirán y te
alcanzarán hasta destruirte, por no haber escuchado la voz de Yahveh
tu
Dios, guardando los mandamientos y los preceptos que él te ha prescrito.
46 Serán como una señal y un prodigio sobre ti y sobre
tu
descendencia para siempre.
47 Por no haber servido a Yahveh tu Dios en la alegría y la dicha de
corazón, cuando abundabas en todo,
48 servirás a los enemigos que Yahveh enviará contra ti, con hambre,
sed, desnudez y privación de todo. El pondrá en tu cuello un yugo de hierro
hasta que te destruya.
49 Yahveh levantará contra ti una nación venida de lejos, de los
extremos de la tierra, como el águila que se cierne. Será una
nación de
lengua desconocida para ti,
50 una nación de rostro fiero, que no respetará al anciano ni tendrá
compasión del niño.
51 Comerá el fruto de tu ganado y el fruto de tu suelo, hasta destruirte;
no te dejará trigo, mosto, ni aceite, ni los partos de tus vacas, ni las crías
de
tus ovejas, hasta acabar contigo.