56 La más delicada y tierna de las mujeres de tu pueblo, tan delicada y
tierna que no hubiera osado posar en tierra la planta de su pie, mirará con
malos ojos al esposo de su corazón, e incluso a su hijo y a su hija,
57 a las secundinas salidas de su seno y a los hijos que dé a luz, pues
los comerá a escondidas, por la privación de todo, en el asedio y la angustia
a que te reducirá tu enemigo en todas tus ciudades.
58 Si no cuidas de poner en práctica todas las palabras de esta Ley
escritas en este libro, temiendo a ese nombre glorioso y temible, a Yahveh
tu Dios,
59 Yahveh hará terribles tus plagas y las de tu descendencia: plagas
grandes y duraderas, enfermedades perniciosas y tenaces.
60 Hará caer de nuevo sobre ti aquellas epidemias de Egipto a las que
tanto miedo tenías, y se pegarán a ti.