17 La Arabá y el Jordán hacían de frontera, desde Kinnéret hasta el
mar de la Arabá (el mar de la Sal), al pie de las laderas del Pisgá, al oriente.
18 Yo os ordené entonces: «Yahveh, vuestro Dios, os ha dado esta
tierra en posesión. Vosotros pasaréis armados al frente de
vuestros
hermanos los israelitas, todos hombres de armas.
19 Sólo vuestras mujeres, vuestros hijos y vuestros rebaños (pues sé
que tenéis rebaños numerosos) quedarán en las ciudades que yo os he dado,
20 hasta que Yahveh conceda reposo a vuestros hermanos, como a
vosotros, y ellos también hayan tomado posesión de la tierra que
Yahveh
vuestro Dios les ha dado al otro lado del Jordán; entonces volveréis
cada
uno a la heredad que yo os he dado.»
21 A Josué también le di entonces la orden siguiente: «Tus propios
ojos han visto todo lo que Yahveh vuestro Dios ha hecho con estos
dos
reyes; lo mismo hará Yahveh con todos los reinos por donde vas a pasar.
22 No les temáis, porque el mismo Yahveh vuestro Dios combate por
vosotros.»
23 Entonces hice esta súplica a Yahveh:
24 «Yahveh, Señor mío, tú has comenzado a manifestar a tu siervo tu
grandeza y tu mano fuerte; pues ¿qué Dios hay, en los cielos ni en la tierra,
que pueda hacer obras y proezas como las tuyas?
25 Déjame, por favor, pasar y ver la tierra buena de allende el Jordán,
esa buena montaña y el Líbano.»
26 Pero, por culpa vuestra, Yahveh se irritó contra mí y no me
escuchó; antes bien me dijo: «¡Basta ya! No sigas hablándome de esto.
27 Sube a la cumbre del Pisgá, alza tus ojos al occidente, al norte, al
mediodía y al oriente; y contempla con tu ojos, porque no pasarás
ese
Jordán.