15 Y Yahveh se apareció en la Tienda, en una columna de nube; la
columna de nube estaba parada a la entrada de la Tienda.
16 Yahveh dijo a Moisés: «He aquí que vas a acostarte con tus padres,
y este pueblo se levantará para prostituirse yendo en pos de dioses extraños,
los de la tierra en la que va a entrar. Me abandonará y romperá mi alianza,
que yo he concluido con él.
17 Aquel día montaré en cólera contra él, los abandonaré y les
ocultaré mi rostro. Será pasto y presa de un sinfín de males y adversidades,
de suerte que dirá aquel día: «¿No me habrán llegado estos males porque mi
Dios no está en medio de mí?»
18 Pero yo ocultaré mi rostro aquel día, a causa de todo el mal
que
habrá hecho, yéndose en pos de otros dioses.
19 «Y ahora escribid para vuestro uso el cántico siguiente; enséñaselo
a los israelitas, ponlo en su boca para que este cántico me sirva
de
testimonio contra los israelitas,
20 cuando yo les lleve a la tierra que bajo juramento prometí a sus
padres, tierra que mana leche y miel, y ellos, después de comer
hasta
hartarse y engordar bien, se vuelvan hacia otros dioses, les den culto, y a mí
me desprecien y rompan mi alianza.
21 Y cuando les alcancen males y adversidades sin número, este
cántico dará testimonio contra él, porque no caerá en olvido en la boca de
su descendencia. Pues sé muy bien los planes que está tramando hoy,
incluso antes de haberle introducido en la tierra que le tengo prometida bajo
juramento.»
22 Y Moisés escribió aquel día este cántico y se lo enseño a los
israelitas.
23 Luego dio esta orden a Josué, hijo de Nun: «¡Sé fuerte y valeroso!,
porque tú llevarás a los israelitas a la tierra que yo les tengo prometida bajo
juramento, y yo estaré contigo.»
24 Cuando terminó de escribir en un libro las palabras de esta Ley
hasta el fin,
25 Moisés dio esta orden a los levitas que llevaban el arca de la
alianza de Yahveh:
26 «Tomad el libro de esta Ley. Ponedlo al lado del arca de la alianza
de Yahveh vuestro Dios. Ahí quedará como testimonio contra ti.
27 Porque conozco tu rebeldía y tu dura cerviz. Si hoy, que vivo
todavía entre vosotros, sois rebeldes a Yahveh, ¡cuánto más lo seréis
después de mi muerte!»
28 «Congregad junto a mí a todos los ancianos de vuestras tribus y a
vuestros escribas, que voy a pronunciar a sus oídos estas palabras,
poniendo por testigos contra ellos al cielo y a la tierra.