2 «He cumplido 120 años. Ya no puedo salir ni entrar. Y Yahveh me
ha dicho: Tú no pasarás este Jordán.
3 Yahveh tu Dios pasará delante de ti, él destruirá ante ti esas naciones
y las desalojará. Será Josué quien pasará delante de ti, como ha
dicho
Yahveh.
4 Yahveh las tratará como trató a Sijón y a Og, reyes amorreos, y a su
país, a los cuales destruyó.
5 Yahveh os los entregará, y vosotros los trataréis exactamente
conforme a la orden que yo os he dado.
6 ¡Sed fuertes y valerosos!, no temáis ni os asustéis ante ellos, porque
Yahveh tu Dios marcha contigo: no te dejará ni te abandonará.»
7 Después Moisés llamó a Josué y le dijo en presencia de todo Israel:
«¡Se fuerte y valeroso!, tú entrarás con este pueblo en la tierra que Yahveh
juró dar a sus padres, y tú se la darás en posesión.
8 Yahveh marchará delante de ti, él estará contigo; no te dejará ni te
abandonará. No temas ni te asustes.»
9 Moisés puso esta Ley por escrito y se la dio a los sacerdotes, hijos
de Leví, que llevaban el arca de la alianza de Yahveh, así como a todos los
ancianos de Israel.
10 Y Moisés les dio esta orden: «Cada siete años, tiempo fijado para
el año de la Remisión, en la fiesta de las Tiendas,
11 cuando todo Israel acuda, para ver el rostro de Yahveh tu Dios, al
lugar elegido por él, leerás esta Ley a oídos de todo Israel.
12 Congrega al pueblo, hombres, mujeres y niños, y al forastero que
vive en tus ciudades, para que oigan, aprendan a temer a Yahveh
vuestro
Dios, y cuiden de poner en práctica todas las palabras de esta Ley.
13 Y sus hijos, que todavía no la conocen, la oirán y aprenderán a
temer a Yahveh vuestro Dios todos los días que viváis en el suelo que vais a
tomar en posesión al pasar el Jordán.»