6 ¡Sed fuertes y valerosos!, no temáis ni os asustéis ante ellos, porque
Yahveh tu Dios marcha contigo: no te dejará ni te abandonará.»
7 Después Moisés llamó a Josué y le dijo en presencia de todo Israel:
«¡Se fuerte y valeroso!, tú entrarás con este pueblo en la tierra que Yahveh
juró dar a sus padres, y tú se la darás en posesión.
8 Yahveh marchará delante de ti, él estará contigo; no te dejará ni te
abandonará. No temas ni te asustes.»
9 Moisés puso esta Ley por escrito y se la dio a los sacerdotes, hijos
de Leví, que llevaban el arca de la alianza de Yahveh, así como a todos los
ancianos de Israel.
10 Y Moisés les dio esta orden: «Cada siete años, tiempo fijado para
el año de la Remisión, en la fiesta de las Tiendas,
11 cuando todo Israel acuda, para ver el rostro de Yahveh tu Dios, al
lugar elegido por él, leerás esta Ley a oídos de todo Israel.
12 Congrega al pueblo, hombres, mujeres y niños, y al forastero que
vive en tus ciudades, para que oigan, aprendan a temer a Yahveh
vuestro
Dios, y cuiden de poner en práctica todas las palabras de esta Ley.
13 Y sus hijos, que todavía no la conocen, la oirán y aprenderán a
temer a Yahveh vuestro Dios todos los días que viváis en el suelo que vais a
tomar en posesión al pasar el Jordán.»
14 Yahveh dijo a Moisés: «Ya se acerca el día de tu muerte; llama a
Josué y presentaos en la Tienda del Encuentro, para que yo le dé
mis
órdenes.» Fue, pues, Moisés con Josué a presentarse en la Tienda del
Encuentro.
15 Y Yahveh se apareció en la Tienda, en una columna de nube; la
columna de nube estaba parada a la entrada de la Tienda.
16 Yahveh dijo a Moisés: «He aquí que vas a acostarte con tus padres,
y este pueblo se levantará para prostituirse yendo en pos de dioses extraños,
los de la tierra en la que va a entrar. Me abandonará y romperá mi alianza,
que yo he concluido con él.
17 Aquel día montaré en cólera contra él, los abandonaré y les
ocultaré mi rostro. Será pasto y presa de un sinfín de males y adversidades,
de suerte que dirá aquel día: «¿No me habrán llegado estos males porque mi
Dios no está en medio de mí?»
18 Pero yo ocultaré mi rostro aquel día, a causa de todo el mal
que
habrá hecho, yéndose en pos de otros dioses.
19 «Y ahora escribid para vuestro uso el cántico siguiente; enséñaselo
a los israelitas, ponlo en su boca para que este cántico me sirva
de
testimonio contra los israelitas,
20 cuando yo les lleve a la tierra que bajo juramento prometí a sus
padres, tierra que mana leche y miel, y ellos, después de comer
hasta
hartarse y engordar bien, se vuelvan hacia otros dioses, les den culto, y a mí
me desprecien y rompan mi alianza.
21 Y cuando les alcancen males y adversidades sin número, este
cántico dará testimonio contra él, porque no caerá en olvido en la boca de
su descendencia. Pues sé muy bien los planes que está tramando hoy,
incluso antes de haberle introducido en la tierra que le tengo prometida bajo
juramento.»
22 Y Moisés escribió aquel día este cántico y se lo enseño a los
israelitas.
23 Luego dio esta orden a Josué, hijo de Nun: «¡Sé fuerte y valeroso!,
porque tú llevarás a los israelitas a la tierra que yo les tengo prometida bajo
juramento, y yo estaré contigo.»
24 Cuando terminó de escribir en un libro las palabras de esta Ley
hasta el fin,
25 Moisés dio esta orden a los levitas que llevaban el arca de la
alianza de Yahveh:
26 «Tomad el libro de esta Ley. Ponedlo al lado del arca de la alianza
de Yahveh vuestro Dios. Ahí quedará como testimonio contra ti.
27 Porque conozco tu rebeldía y tu dura cerviz. Si hoy, que vivo
todavía entre vosotros, sois rebeldes a Yahveh, ¡cuánto más lo seréis
después de mi muerte!»
28 «Congregad junto a mí a todos los ancianos de vuestras tribus y a
vuestros escribas, que voy a pronunciar a sus oídos estas palabras,
poniendo por testigos contra ellos al cielo y a la tierra.