Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Deuteronomio 32, 1-19

1 Prestad oído, cielos, que hablo yo, escuche la tierra las palabras de
mi boca.

2 Como lluvia se derrame mi doctrina, caiga como rocío mi palabra,
como blanda lluvia sobre la hierba verde, como aguacero sobre el césped.

3 Porque voy a aclamar el nombre de Yahveh; ¡ensalzad a nuestro
Dios!

4 El es la Roca, su obra es consumada, pues todos sus caminos son
justicia. Es Dios de la lealtad, no de perfidia, es justo y recto.

5 Se han pervertido los que él engendró sin tara, generación perversa y
tortuosa.

6 ¿Así pagáis a Yahveh, pueblo insensato y necio? ¿No es él tu padre,
el que te creó, el que te hizo y te fundó?

7 Acuérdate de los días de antaño, considera los años de edad en edad.

Interroga a tu padre, que te cuente, a tus ancianos, que te hablen.

8 Cuando el Altísimo repartió las naciones, cuando distribuyó a los
hijos de Adán, fijó las fronteras de los pueblos, según el número de los hijos
de Dios;

9 mas la porción de Yahveh fue su pueblo, Jacob su parte de heredad.


10 En tierra desierta le encuentra, en la soledad rugiente de la estepa.

Y le envuelve, le sustenta, le cuida, como a la niña de sus ojos.

11 Como un águila incita a su nidada, revolotea sobre sus polluelos,
así el despliega sus alas y te toma, y le lleva sobre su plumaje.

12 Sólo Yahveh le guía a su destino, con él ningún dios extranjero.

13 Le hace cabalgar por las alturas de la tierra, le alimenta de
los
frutos del campo, le da a gustar miel de la peña, y aceite de la dura roca,

14 cuajada de vacas y leche de ovejas, con la grasa de corderos;
carneros de raza de Basán, y machos cabríos, con la flor de los granos de
trigo, y por bebida la roja sangre de la uva.

15 Come Jacob, se sacia, engorda Yesurún, respinga, - te has puesto
grueso, rollizo, turgente -, rechaza a Dios, su Hacedor, desprecia a la Roca,
su salvación.

16 Le encelan con dioses extraños, le irritan con abominaciones.

17 Sacrifican a demonios, no a Dios, a dioses que ignoraban, a
nuevos, recién llegados, que no veneraron vuestros padres.

18 (¡Desdeñas a la Roca que te dio el ser, olvidas al Dios que te
engendró!)

19 Yahveh lo ha visto y, en su ira, ha desechado a sus hijos y a sus

hijas.