3 Porque voy a aclamar el nombre de Yahveh; ¡ensalzad a nuestro
Dios!
4 El es la Roca, su obra es consumada, pues todos sus caminos son
justicia. Es Dios de la lealtad, no de perfidia, es justo y recto.
5 Se han pervertido los que él engendró sin tara, generación perversa y
tortuosa.
6 ¿Así pagáis a Yahveh, pueblo insensato y necio? ¿No es él tu padre,
el que te creó, el que te hizo y te fundó?
7 Acuérdate de los días de antaño, considera los años de edad en edad.
Interroga a tu padre, que te cuente, a tus ancianos, que te hablen.
8 Cuando el Altísimo repartió las naciones, cuando distribuyó a los
hijos de Adán, fijó las fronteras de los pueblos, según el número de los hijos
de Dios;
9 mas la porción de Yahveh fue su pueblo, Jacob su parte de heredad.
10 En tierra desierta le encuentra, en la soledad rugiente de la estepa.
Y le envuelve, le sustenta, le cuida, como a la niña de sus ojos.
11 Como un águila incita a su nidada, revolotea sobre sus polluelos,
así el despliega sus alas y te toma, y le lleva sobre su plumaje.