4 El es la Roca, su obra es consumada, pues todos sus caminos son
justicia. Es Dios de la lealtad, no de perfidia, es justo y recto.
5 Se han pervertido los que él engendró sin tara, generación perversa y
tortuosa.
6 ¿Así pagáis a Yahveh, pueblo insensato y necio? ¿No es él tu padre,
el que te creó, el que te hizo y te fundó?
7 Acuérdate de los días de antaño, considera los años de edad en edad.
Interroga a tu padre, que te cuente, a tus ancianos, que te hablen.
8 Cuando el Altísimo repartió las naciones, cuando distribuyó a los
hijos de Adán, fijó las fronteras de los pueblos, según el número de los hijos
de Dios;
9 mas la porción de Yahveh fue su pueblo, Jacob su parte de heredad.
10 En tierra desierta le encuentra, en la soledad rugiente de la estepa.
Y le envuelve, le sustenta, le cuida, como a la niña de sus ojos.
11 Como un águila incita a su nidada, revolotea sobre sus polluelos,
así el despliega sus alas y te toma, y le lleva sobre su plumaje.
12 Sólo Yahveh le guía a su destino, con él ningún dios extranjero.
13 Le hace cabalgar por las alturas de la tierra, le alimenta de
los
frutos del campo, le da a gustar miel de la peña, y aceite de la dura roca,
14 cuajada de vacas y leche de ovejas, con la grasa de corderos;
carneros de raza de Basán, y machos cabríos, con la flor de los granos de
trigo, y por bebida la roja sangre de la uva.
15 Come Jacob, se sacia, engorda Yesurún, respinga, - te has puesto
grueso, rollizo, turgente -, rechaza a Dios, su Hacedor, desprecia a la Roca,
su salvación.
16 Le encelan con dioses extraños, le irritan con abominaciones.
17 Sacrifican a demonios, no a Dios, a dioses que ignoraban, a
nuevos, recién llegados, que no veneraron vuestros padres.
18 (¡Desdeñas a la Roca que te dio el ser, olvidas al Dios que te
engendró!)
19 Yahveh lo ha visto y, en su ira, ha desechado a sus hijos y a sus