18 Pero no las temas: acuérdate bien de lo que Yahveh tu Dios hizo
con Faraón y con todo Egipto,
19 de las grandes pruebas que tus ojos vieron, las señales y prodigios,
la mano fuerte y el tenso brazo con que Yahveh tu Dios te sacó. Lo mismo
hará Yahveh tu Dios con todos los pueblos a los que temes.
20 Yahveh tu Dios enviará incluso avispas contra ellos para destruir a
los que hubieren quedado y se te hubieren ocultado a ti.
21 Así que no tiembles ante ellos, porque en medio de ti está Yahveh
tu Dios, Dios grande y temible.
22 Yahveh tu Dios irá arrojando a esas naciones de delante de ti poco
a poco; no podrás exterminarlas de golpe, no sea que las bestias salvajes se
multipliquen contra ti,
23 sino que Yahveh tu Dios te las entregará y les infligirá grandes
descalabros hasta que queden destruidas.
24 Entregará a sus reyes en tu mano y tú borrarás sus nombres de
debajo del cielo: nadie podrá resistir ante ti, hasta que los hayas destruido.
25 Quemaréis las esculturas de sus dioses, y no codiciarás el oro y la
plata que los recubren, ni lo tomarás para ti, no sea que por ello caigas en
un lazo, pues es una cosa abominable para Yahveh tu Dios;
26 y no debes meter en tu casa una cosa abominable, pues te harías
anatema como ella. Las tendrás por cosa horrenda y abominable, porque
son anatema.