2 ¡Vanidad de vanidades! - dice Cohélet -, ¡vanidad de vanidades,
todo vanidad!
3 ¿Qué saca el hombre de toda la fatiga con que se afana bajo el sol?
4 Una generación va, otra generación viene; pero la tierra para
siempre permanece.
5 Sale el sol y el sol se pone; corre hacia su lugar y allí vuelve a salir.
6 Sopla hacia el sur el viento y gira hacia el norte; gira que te
gira
sigue el viento y vuelve el viento a girar.
7 Todos los ríos van al mar y el mar nunca se llena; al lugar donde los
ríos van, allá vuelven a fluir.
8 Todas las cosas dan fastidio. Nadie puede decir que no se cansa el
ojo de ver ni el oído de oír.
9 Lo que fue, eso será; lo que se hizo, ese se hará. Nada nuevo hay
bajo el sol.
10 Si algo hay de que se diga: «Mira, eso sí que es nuevo», aun eso ya
sucedía en los siglos que nos precedieron.
11 No hay recuerdo de los antiguos, como tampoco de los venideros
quedará memoria en los que después vendrán.
12 Yo, Cohélet, he sido rey de Israel, en Jerusalén.
13 He aplicado mi corazón a investigar y explorar con la sabiduría
cuanto acaece bajo el cielo. ¡Mal oficio éste que Dios encomendó a
los
humanos para que en él se ocuparan!
14 He observado cuanto sucede bajo el sol y he visto que todo es
vanidad y atrapar vientos.