Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Eclesiastés 5, 5-13

5 No permitas que tu boca haga de ti un pecador, y luego digas ante el
Mensajero que fue inadvertencia. ¿Por qué deberá Dios irritarse por tu
palabra y destruir la obra de tus manos?

6 Cuantos los sueños, tantas las vanidades y las muchas palabras. Pero
tú teme a Dios.

7 Si en la región ves la opresión del pobre y la violación del derecho y
de la justicia, no te asombres por eso. Se te dirá que una
dignidad vigila
sobre otra dignidad, y otra más dignas sobre ambas.

8 Se invocará el interés común y el servicio del rey.

9 Quien ama el dinero, no se harta de él, y para quien ama riquezas, no
bastas ganancias. También esto es vanidad.

10 A muchos bienes, muchos que los devoren; y ¿de qué más sirven a
su dueño que de espectáculo para sus ojos?

11 Dulce el sueño del obrero, coma poco o coma mucho; pero al rico
la hartura no le deja dormir.

12 Hay un grave mal que yo he visto bajo el sol: riqueza guardada
para su dueño, y que solo sirve para su mal,

13 pues las riquezas perecen en un mal negocio, y cuando engendra un
hijo, nada queda ya en su mano.