11 que no se ejecute en seguida la sentencia de la conducta del malo,
con lo que el corazón de los humanos se llena de ganas de hacer el mal;
12 que el pecador haga el mal veces ciento, y se le den largas. Pues yo
tenía entendido que les va bien a los temerosos de Dios, a aquellos que ante
su rostro temen,