12 que el pecador haga el mal veces ciento, y se le den largas. Pues yo
tenía entendido que les va bien a los temerosos de Dios, a aquellos que ante
su rostro temen,
13 y que no le va bien al malvado, ni alargará sus días como sombra el
que no teme ante el rostro de Dios.
14 Pues bien, un absurdo se da en la tierra: Hay justos a quienes les
sucede cual corresponde a las obras de los malos, y malos a quienes sucede
cual corresponde a las obras de los buenos. Digo que este es otro absurdo.
15 Y yo por mí alabo la alegría, ya que otra cosa buena no existe para
el hombre bajo el sol, si no es comer, beber y divertirse; y eso es lo que le
acompaña en sus fatigas en los días de vida que Dios le hubiera dado bajo el
sol.
16 Cuanto más apliqué mi corazón a estudiar la sabiduría y a
contemplar el ajetreo que se da sobre la tierra - pues ni de día ni de noche
concilian los ojos el sueño -
17 fui viendo que el ser humano no puede descubrir todas las obras de
Dios, las obras que se realizan bajo el sol. Por más que se afane el hombre
en buscar, nada descubre, y el mismo sabio, aunque diga saberlo, no
es
capaz de descubrirlo.