12 Porque, además, el hombre ignora su momento: como peces
apresados en la red, como pájaros presos en el cepo, así son
tratados los
humanos por el infortunio cuando les cae encima de improviso.
13 También he visto otro acierto bajo el sol, y grande, a juicio mío:
14 Una ciudad chiquita, con pocos hombres en ella. Llega un gran rey
y le pone cerco, levantando frente a ella empalizadas potentes.
15 Encontrábase allí un hombre pobre y sabio. El pudo haber librado
la ciudad gracias a su sabiduría, ¡pero nadie paró mientes en aquel pobre!
16 Y yo me digo: Más vale sabiduría que fuerza; pero la sabiduría del
pobre se desprecia y sus palabras no se escuchan.
17 Mejor se oyen las palabras sosegadas de los sabios que los gritos
del soberano de los necios.