4 No te gloríes del manto que te envuelve, el día de la gloria no
te
engrías; pues admirables son las obras del Señor, pero están ocultas
a los
hombres.
5 Muchos tiranos se sentaron en el suelo, y un desconocido se puso la
diadema.
6 Muchos poderosos fueron muy deshonrados, y hombres ilustres
entregados a otras manos.
7 Sin haberte informado no reprendas, reflexiona primero y haz luego
tu reproche.
8 Sin haber escuchado no respondas ni interrumpas en medio del
discuro.
9 Por lo que no te incumbe no discutas, y en las contiendas de los
pecadores no te mezcles.
10 Hijo, no te metas en múltiples asuntos, si los multiplicas no saldrás
bien parado; aunque los persigas no los alcanzarás ni podrás escapar aunque
quieras huir.
11 Hay quien se agota, se fatiga y se apresura, y cuanto más, más
tarde llega.
12 Hay quien es débil, necesitado de apoyo, falto de bienes y sobrado
de pobreza, mas los ojos del Señor le miran para bien, él le recobra de su
humillación.