9 Cuando te llame un poderoso, quédate a distancia, que tanto más te
llamará.
10 No te presentes por ti mismo, no sea que te rechace, ni te quedes
muy lejos, para no pasar inadvertido.
11 No pretendas hablar con él de igual a igual, ni te fíes de sus
muchas palabras. Que con su mucho hablar te pondrá a prueba, como quien
pasa el rato, te examinará.
12 Despiadado es quien no guarda tus palabras, no te ahorrará ni
golpes ni cadenas.
ruina.
13 Observa y ponte bien en guardia, porque caminas junto a tu propia
15 Todo viviente ama a su semejante, y todo hombre a su prójimo.
16 Todo animal según su especie se une, a su semejante se adhiere el
hombre.
17 ¿Cómo podrá convivir lobo con cordero? Así el pecador con el
piadoso.
18 ¿Qué paz puede tener la hiena con el perro? ¿qué paz el rico con el
indigente?
19 Caza de leones son los onagros en el desierto, así los pobres son
presa de los ricos.
20 Abonimación para el orgulloso es la humilidad, así para el rico es
abominación el pobre.
21 El rico que vacila es sostenido por sus amigos, al humilde que cae
sus amigos le rechazan.
22 Cuando el rico resbala, muchos le toman en sus brazos, dice
estupideces, y le justifican; resbala el humilde, y se le hacen reproches, dice
cosas sensatas, y no se le hace caso.
23 Habla el rico, y todos se callan, y exaltan su palabra hasta las
nubes. Habla el pobre y dicen: «¿Quién es éste?» y si se equivoca,
se le
echa por tierra.
24 Buena es la riqueza en la que no hay pecado, mala la pobreza al
decir del impío.
25 El corazón del hombre modela su rostro tanto hacia el bien como
hacia el mal.
26 Signo de un corazón dichoso es un rostro alegre, la invención de
proverbios es penoso ejercicio.