...la Biblia de Jerusalén
Eclesiástico 15, 1-7
1 Feliz el hombre que no se ha deslizado con su boca, ni sufre
tormento por la tristeza del pecado.
2 Feliz aquel a quien su conciencia no reprocha, y que no queda
corrido en su esperanza.
3 Para el hombre mezquino no es buena la riqueza, para el envidioso,
¿de qué sirve el dinero?
4 Quien amontona a expensas de sí mismo, para otros amontona, con
sus bienes se regalarán otros.
5 El que es malo para sí, ¿para quién será bueno? No logrará contento
en medio de sus tesoros.
6 Nadie peor que el que se tortura a sí mismo, esa es la paga de su
maldad.
7 Aun si llega a hacer el bien, lo hace por descuido, al final dejará ver
su maldad.