...la Biblia de Jerusalén
Eclesiástico 16, 2-14
2 Como una madre le sale ella al encuentro, le acoge como una
esposa virgen.
3 Le alimenta con pan de inteligencia, el agua de la sabiduría le da a
beber.
4 Se apoya él en ella y no se dobla, a ella se adhiere y no
queda
confundido.
5 Ella le exalta por encima de sus prójimos, en medio de la asamblea
le abre la boca.
6 Contento y corona de gloria encuentra él, nombre eterno en
herencia recibe.
7 Jamás la lograrán los insensatos, los pecadores nunca la verán.
8 Lejos está del orgullo, los mentirosos no se acuerdan de ella.
9 No cabe la alabanza en boca del pecador, porque no le viene del
Señor.
10 Que en la sabiduría se expresa la alabanza, y el Señor la guía por
buen camino.
11 No digas: «Por el Señor me he apartado», que lo que él destesta,
no lo hace.
12 No digas: «El me ha extraviado», pues él no ha menester del
pecador.
13 Toda abominación odia el Señor, tampoco la aman los que le
temen a él.
14 El fue quien al principio hizo al hombre, y le dejó en manos de su
propio albedrío.