...la Biblia de Jerusalén
Eclesiástico 21, 13-26
13 Por sus palabras se hace amable el sabio, mas los favores de los
necios se malgastan.
14 El don del insensato no te sirve de nada, porque sus ojos no son
uno, son muchos;
15 da poco y echa en cara mucho, y abre su boca como un pregonero;
presta hoy y mañana reclama, es un hombre detestable este sujeto.
16 Dice el necio: «No tengo ni un amigo, no hay gratitud para mis
beneficios;
17 los que comen mi pan tienen lengua insolente.» ¡Cuántos con
frecuencia se ríen de él!
18 Mejor es resbalar en empredado que resbalar con la lengua, así la
caída de los malos llega de repente.
19 Hombre sin gracia es cuento inoportuno por boca de ignorantes
repetido.
20 De boca de necio no se acepta el proverbio, pues jamás lo dice a
su hora.
21 Hay quien no puede pecar por indigencia: en su reposo no tendrá
remordimiento.
22 Hay quien se pierde a sí mismo por vergüenza, por respeto a un
insensato se pierde.
23 Hay quien por timidez hace promesas a su amigo, y así, por nada
se gana un enemigo.
24 Gran baldón para un hombre la mentira en boca de ignorantes
repetida.
25 Es preferible un ladrón que el que persiste en la mentira, aunque
ambos heredarán la perdición.
26 El hábito de mentiroso es una deshonra, su vergüenza le acompaña
sin cesar.