...la Biblia de Jerusalén
Eclesiástico 22, 3-8
3 Como espada de dos filos es toda iniquidad, para su herida no hay
remedio.
4 El terror y la violencia arrasan la riqueza, así quedará arrasada
la
casa del orgulloso.
5 La oración del pobre va de su boca a los oídos de Dios, y el juicio
divino no se deja esperar.
6 El que odia la reprensión sigue las huellas del pecador, el que teme
al Señor se convierte en su corazón.
7 De lejos se conoce al charlatán, y el hombre reflexivo le adivina los
deslices.
8 Quien edifica su casa con dinero ajeno es como el que amontona
piedras para su tumba.