...la Biblia de Jerusalén
Eclesiástico 28, 10-26
10 El león acecha a su presa, así el pecado a los que practican la
injusticia.
11 La conversación del piadoso es siempre sabiduría, mas el
insensato cambia como la luna.
12 En medio de imbéciles aguarda tu momento, entre los que piensan
demórate.
13 La conversación de los necios es algo irritante, su risa estalla en la
molicie del pecado.
14 El hablar del jurador eriza los cabellos, ante sus disputas se tapan
los oídos.
15 Disputa de orgullosos trae efusión de sangre, sus injurias son
penosas de oír.
16 Quien revela los secretos, pierde el crédito, no encontrará jamás
amigo íntimo.
17 Ama a tu amigo y confíate a él, mas si revelas sus secretos, deja de
ir tras él;
18 porque como el que mata elimina a su víctima, así has destruido la
amistad de tu compañero.
19 Como a pájaro que soltaste de tu mano, así has perdido a tu
compañero y no lo recobrarás.
20 No vayas en su busca, porque se fue lejos, huyó como gacela de la
red.
21 Que la herida puede ser vendada, y para la injuria hay
reconciliación, pero el que reveló el secreto, perdió toda esperanza.
22 Quien guiña el ojo, anda urdiendo el mal, nadie podrá apartarle de
él.
23 Ante tus ojos pone dulce su boca, y por tus palabras muestra
admiración; mas después cambia de lenguaje, y con tus palabras anda
dando escándalo.
24 Muchas cosas detesto, mas nada como a éste, y también el Señor
le detesta.
25 Quien tira una piedra al aire, sobre su propia cabeza la tira,
el
golpe a traición devuelve heridas.
26 Quien cava una fosa, caerá en ella, quien tiende una red, en ella
quedará preso.