10 No rías con él, para no llorar y acabar rechinando de dientes.
11 No le des libertad en su juventud, y no pases por alto sus errores.
12 Doblega su cerviz mientras es joven, tunde sus costillas cuando es
niño, no sea que, volviéndose indócil, te desobedezca, y sufras por
él
amargura de alma.