...la Biblia de Jerusalén
Eclesiástico 33, 2-18
2 Cuando hayas cumplido todo tu menester, tomo asiento, para que
con ellos te alegres, y por tu acierto recibas la corona.
3 Habla, anciano, que te está bien, pero con discreción y sin estorbar
la música.
4 Durante la audición, no derrames locuacidad, no te hagas el sabio a
destiempo.
5 Sello de carbunclo en alhaja de oro, así es un concierto musical de
un banquete.
6 Sello de esmeralda en montura de oro, así es una melodía entre vino
delicioso.
7 Habla, joven, si te es necesario, dos veces a lo sumo, si se te
pregunta.
8 Resume tu discurso, di mucho en poco, sé como quien sabe y al
mismo tiempo calla.
9 Entre grandes no te iguales a ellos, si otro habla, no te excedas en
hablar.
10 Al trueno se adelanta el relámpago, así al modesto le antecede la
gracia.
11 Llegada la hora levántate, no te rezagues, ve corriendo a casa, no
te hagas el remolón.
12 Allí, diviértete y haz lo que te plazca, mas no peques con palabras
insolentes.
13 Y por todo esto bendice a tu Hacedor, que te colma de sus bienes.
14 El que teme al Señor acepta la instrucción, los que madrugan
encuentran su favor.
15 El que busca la ley se llena de ella, al hipócrita le sirve de
tropiezo.
16 Los que temen al Señor son justificados, hacen brillar sus buenas
acciones como luz.
17 El pecador rehúye la reprensión, según su voluntad encuentra
excusa.
18 El varón de consejo no descuida la reflexión, el extraño y el
orgulloso no se encogen de miedo.