...la Biblia de Jerusalén
Eclesiástico 34, 20-30
20 A hijo y mujer, a hermano y amigo no des poder sobre ti en vida
tuya. No des a otros tus riquezas, no sea que, arrepentido, tengas
que
suplicar por ellas.
nadie.
21 Mientras vivas y haya aliento en ti, no te enajenes a ti mismo
a
22 Pues es mejor que tus hijos te pidan, que no que tengas que mirar a
los manos de tus hijos.
23 En todas tus obras muéstrate con dominio, no pongas mancha en
tu gloria.
24 Cuando se acaben los días de tu vida, a la hora de la muerte,
reparte tu herencia.
25 Al asno, forraje, palo y carga, al criado, pan, instrucción y trabajo.
26 Haz trabajar al siervo, y encontrarás descanso, deja libres sus
manos, y buscará la libertad.
27 Yugo y riendas doblegan la cerviz, al mal criado torturas e
inquisiciones.
28 Mándale trabajar para que no esté ocioso, que mucho mal enseñó
la ociosidad.
29 Ponle trabajo como le corresponde, si no obedece, carga sus pies
de grillos.
30 Pero no te sobrepases con nadie, no hagas nada sin equidad.