...la Biblia de Jerusalén
Eclesiástico 34, 21-27
21 Mientras vivas y haya aliento en ti, no te enajenes a ti mismo
a
22 Pues es mejor que tus hijos te pidan, que no que tengas que mirar a
los manos de tus hijos.
23 En todas tus obras muéstrate con dominio, no pongas mancha en
tu gloria.
24 Cuando se acaben los días de tu vida, a la hora de la muerte,
reparte tu herencia.
25 Al asno, forraje, palo y carga, al criado, pan, instrucción y trabajo.
26 Haz trabajar al siervo, y encontrarás descanso, deja libres sus
manos, y buscará la libertad.
27 Yugo y riendas doblegan la cerviz, al mal criado torturas e
inquisiciones.