...la Biblia de Jerusalén
Eclesiástico 36, 7-24
7 Con ojo generoso glorifica al Señor, y no escatimes las primicias de
tus manos.
8 En todos tus dones pon tu rostro alegre, con contento consagra los
diezmos.
9 Da al Altísimo como él te ha dado a ti, con ojo generoso, con
arreglo a tus medios.
10 Porque el Señor sabe pagar, y te devolverá siete veces más.
11 No trates de corromperle con presentes, porque no los acepta, no
te apoyes en sacrificio injusto.
12 Porque el Señor es juez, y no cuenta para él la gloria de nadie.
13 No hace acepción de personas contra el pobre, y la plegaria del
agraviado escucha.
14 No desdeña la súplica del huérfano, ni a la viuda, cuando derrama
su lamento.
15 Las lágrimas de la viuda, ¿no bajan por su mejilla, y su clamor
contra el que las provocó?
16 Quien sirve de buena gana, es aceptado, su plegaria sube hasta las
nubes.
17 La oración del humilde las nubes atraviesa, hasta que no llega a su
término no se consuela él.
18 Y no desiste hasta que vuelve los ojos el Altísimo, hace justicia a
los justos y ejecuta el juicio.
19 Y el Señor no se tardará, ni tendrá con éstos más paciencia,
20 hasta no haber machacado los lomos de los sin entrañas, y haber
tomado venganza de las naciones,
21 haber extirpado el tropel de los soberbios, y quebrado el cetro de
los injustos,
22 hasta no haber pagado a cada cual según sus actos, las obras de los
hombres según sus intenciones,
23 haber hecho justicia a su pueblo, y haberles dado contento con su
misericordia.
24 Grata es la misericordia en tiempo de tribulación, como nubes de
lluvia en tiempo de sequía.