...la Biblia de Jerusalén
Eclesiástico 37, 1-18
1 Ten piedad de nosotros, Dios, dueño de todas las cosas, mira y
siembra tu temor sobre todas las naciones.
2 Alza tu mano contra las naciones extranjeras, para que reconozcan
tu señorío.
3 Como ante ellas te has mostrado santo con nosotros, así ante
nosotros muéstrate grande con ellas.
4 Que te reconozcan, como nosotros hemos reconocido que no hay
Dios fuera de ti, Señor.
5 Renueva las señales, repite tus maravillas, glorifica tu mano y tu
brazo derecho.
6 Despierta tu furor y derrama tu ira, extermina al adversario, aniquila
al enemigo.
7 Acelera la hora, recuerda el juramento, y que se publiquen tus
grandezas.
8 Que el fuego de la ira devore al que se escape, y los que hacen daño
a tu pueblo hallen la perdición.
9 Aplasta la cabeza de los jefes enemigos, que dicen: «Nadie más que
nosotros.»
10 Congrega todas las tribus de Jacob, dales su heredad como al
principio.
11 Ten piedad, Señor, del pueblo llamado con tu nombre, de Israel, a
quien igualaste con el primogénito.
12 Ten compasión de tu santa ciudad, de Jerusalén, lugar de tu
reposo.
13 Llena a Sión de tu alabanza, y de tu gloria tu santuario.
14 Da testimonio a tus primeras criaturas, mantén las profecías dichas
en tu nombre.
15 Da su recompensa a los que te aguardan, y que tus profetas queden
acreditados.
16 Escucha, Señor, la súplica de tus siervos, según la bendición de
Aarón sobre tu pueblo.
17 Y todos los de la tierra reconozcan que tú eres el Señor, el Dios
eterno.
18 Todo alimento traga el vientre, pero unos alimentos son mejores
que otros.