...la Biblia de Jerusalén
Eclesiástico 37, 22-26
22 La belleza de la mujer recrea la mirada, y el hombre la desea más
que ninguna cosa.
23 Si en su lengua hay ternura y mansedumbre, su marido ya no es
como los demás hombres.
24 El que adquiere una mujer, adquiere el comienzo de la fortuna,
una ayuda semejante a él y columna de apoyo.
25 Donde no hay valla, la propiedad es saqueada, donde no hay
mujer, gime un hombre a la deriva.
26 ¿Quién se fiará del ladrón ágil que salta de ciudad en ciudad?