16 Hijo, por un muerto lágrimas derrama, como quien sufre
cruelmente, entona la lamentación; según el ceremonial entierra su cadáver
y no seas negligente con su sepultura.
17 Llora amargamente, date fuertes golpes de pecho, haz el duelo
según su dignidad, un día o dos, para evitar murmullos; después, consuélate
de la tristeza.
18 Porque de la tristeza sale la muerte, la tristeza del corazón enerva
las fuerzas.