17 Llora amargamente, date fuertes golpes de pecho, haz el duelo
según su dignidad, un día o dos, para evitar murmullos; después, consuélate
de la tristeza.
18 Porque de la tristeza sale la muerte, la tristeza del corazón enerva
las fuerzas.
19 En la adversidad permanece también la tristeza, una vida de
miseria va contra el corazón.