...la Biblia de Jerusalén
Eclesiástico 39, 20-23
20 No des tu corazón a la tristeza, evítala acordándote del fin.
21 No lo olvides: no hay retorno, a él no le aprovechará, y te harás
daño a ti mismo.
22 «Recuerda mi sentencia, que será también la tuya: a mí ayer, a ti te
toca hoy.»
23 Cuando un muerto reposa, deja en paz su memoria, consuélate de
él, porque su espíritu ha partido.