29 De igual modo el alfarero sentado a su tarea y dando a la rueda
con sus pies, preocupado sin cesar por su trabajo, toda su actividad
concentrada en el número;
30 con su brazo moldea la arcilla, con sus pies vence su resistencia;
pone su corazón en acabar el barnizado, y gasta sus vigilias en limpiar el
horno.
31 Todos éstos ponen su confianza en sus manos, y cada uno se
muestra sabio en su tarea.
32 Sin ellos no se construiría ciudad alguna, ni se podría habitar
ni
circular por ella.
33 Mas para el consejo del pueblo no se les busca, ni se les distingue
en la asamblea. No se sientan en sitial de juez, ni meditan en la alianza del
juicio.