4 En medio de los grandes ejerce su servicio, ante los jefes aparece;
viaja por tierras extranjeras, adquiere experiencia de lo bueno y lo
malo
entre los hombres.
5 Aplica su corazón a ir bien de mañana donde el Señor su Hacedor;
suplica ante el Altísimo, abre su boca en oración y por sus pecados suplica.
6 Si el gran Señor lo quiere, del espíritu de inteligencia será lleno. El
mismo derramará como lluvia las palabras de su sabiduría, y en la oración
dará gracias al Señor.
7 Enderezará su consejo y su ciencia. y en sus misterios ocultos hará
meditación.
8 Mostrará la instrucción recibida, y en la ley de la alianza del Señor
se gloriará.
9 Muchos elogiarán su inteligencia, jamás será olvidada. No
desaparecerá su recuerdo, su nombre vivirá de generación en generación.
10 Su sabiduría comentarán las naciones, su elogio, lo publicará la
asamblea.
11 Mientras viva, su nombre dejará atrás a mil, y cuando descanse, él
le bastará.
12 Aún voy a hablar después de meditar, que estoy colmado como la
luna llena.
13 Escuchadme, hijos piadosos, y creced como rosa que brota junto a
corrientes de agua.
14 Como incienso derramad buen olor, abríos en flor como el lirio,
exhalad perfume, cantad un cantar, bendecid al Señor por todas sus obras.
15 Engrandeced su nombre, dadle gracias por su alabanza, con los
cantares de vuestros labios y con cítaras, decid así en acción de gracias:
16 ¡Qué hermosas son todas las obras del Señor! todas sus órdenes se
ejecutan a su hora. No hay por qué decir: ¿Qué es esto? Y esto ¿para qué?,
que todo se ha de buscar a su tiempo.
17 A su orden el agua se detiene en una masa, a la palabra de su boca
se forman los depósitos de las aguas.
18 A una orden suya se hace todo lo que desea, y no hay quien pueda
estorbar su salvación.