3 No temas la sentencia de la muerte, recuerda tus comienzos y tu fin.
4 Esta sentencia viene del Señor sobre toda carne, ¿por qué
desaprobar el agrado del Altísimo? Ya se viva diez, cien, mil años,
no se
reprocha en el seol la vida.
5 Hijos abominables son los hijos de los pecadores que viven en
vecindad de impíos.
6 La herencia de los hijos de los pecadores va a la ruina, con su linaje
se perpetúa el oprobio.
7 Al padre impío le reprochan sus hijos, porque por causa de él viven
en oprobio.
8 ¡Ay de vosotros, impíos, que la ley del Altísimo habéis
abandonado!
9 Si nacéis, para la maldición nacéis, si morís, la maldición heredáis.
10 Todo cuanto viene de tierra, a tierra volverá, así irán los impíos de
la maldición a la ruina.
11 El duelo de los hombres se dirige a sus cuerpos, pero el nombre de
los pecadores, que no es bueno, se borrará.
12 Preocúpate de tu nombre, que eso te queda, más que mil grandes
tesoros de oro.