19 Lo vió el Señor y se irritó, y acabó con ellos en el ardor de su ira.
Hizo prodigios contra ellos, devorándolos por el fuego de su llama.
20 Aumentó la gloria de Aarón y le dio una heredad, le otorgó las
primicias, sobre todo el pan a saciedad.
21 Por eso comen ellos los sacrificios del Señor, que él le concedió a
él y a su linaje.
22 Aunque en la tierra del pueblo no tiene heredad, ni hay en el
pueblo parte para él: que «Yo soy tu parte y tu heredad».
23 Pinjás, hijo de Eleazar, tercero en gloria, porque fue celoso del
temor del Señor, y se mantuvo firme en la revuelta del pueblo por la energía
de su alma resuelta, y obtuvo así el perdón para Israel.