18 En nombre del Señor Dios, el llamado Dios de Israel, amontonaste
oro como estaño, como plomo multiplicaste plata.
19 Mas reclinaste tu costado en mujeres, y te dejaste dominar en tu
cuerpo.
20 Pusiste así tacha a tu gloria, y profanaste tu linaje, acarreando la
ira sobre tus hijos y llenándoles de aflicción por tu locura,
21 hasta quedar partida en dos la dinastía y surgir de Efraím un reino
apóstata.
22 Pero el Señor no renuncia jamás a su misericordia, no deja que se
pierdan sus palabras ni que se borre la descendencia de su elegido, el linaje
de quien le amó no extirpa. Por eso dio a Jacob un resto, y un brote a David
salido de él.
23 Descansó Salomón con sus padres, y después de él dejó a uno de
su linaje, lo más loco del pueblo, falto de inteligencia, Roboam, que apartó
de su cordura al pueblo.
24 Y Jeroboam, hijo de Nabat, fue el que hizo pecar a Israel, y señaló
a Efraím el camino del pecado. Desde entonces se multiplicaron sus
pecados tanto que expulsaron al pueblo de su tierra.