21 hasta quedar partida en dos la dinastía y surgir de Efraím un reino
apóstata.
22 Pero el Señor no renuncia jamás a su misericordia, no deja que se
pierdan sus palabras ni que se borre la descendencia de su elegido, el linaje
de quien le amó no extirpa. Por eso dio a Jacob un resto, y un brote a David
salido de él.
23 Descansó Salomón con sus padres, y después de él dejó a uno de
su linaje, lo más loco del pueblo, falto de inteligencia, Roboam, que apartó
de su cordura al pueblo.
24 Y Jeroboam, hijo de Nabat, fue el que hizo pecar a Israel, y señaló
a Efraím el camino del pecado. Desde entonces se multiplicaron sus
pecados tanto que expulsaron al pueblo de su tierra.
25 Toda clase de maldades frecuentaron, hasta que vino sobre ellos el
castigo.