12 Cuando Elías en el torbellino quedó envuelto, Eliseo se llenó de su
espíritu. En sus días no fue zarandeado por príncipe, y no pudo dominarle
nadie.
13 Nada era imposible para él, hasta en el sueño de la muerte
profetizó su cuerpo.
14 Durante su vida hizo prodigios, y después de su muerte fueron
admirables sus obras.
15 Con todo esto, el pueblo no se arrepintió, ni de sus pecados se
apartaron, hasta que fueron deportados de la tierra y esparcidos por
el
mundo entero.
16 Sólo quedó un pueblo reducido, con un príncipe de la casa de
David. Algunos de ellos hicieron lo agradable a Dios, pero
otros
multiplicaron los pecados.