19 Temblaron entonces corazones y manos, y sufrieron dolores cual
mujeres en parto.
20 Invocaron al Señor misericordioso, tendiendo sus manos hacia él.
Y el Santo, desde el cielo, les escuchó al instante, y los rescató por mano de
Isaías.
21 Hirió el real de los asirios, y su Angel los exterminó.
22 Porque hizo Ezequías lo que agrada al Señor, y se mantuvo firme
en los caminos de David su padre, como le ordenó el profeta Isaías,
el
grande y digno de fe en sus visiones.
23 En sus días el sol retrocedió, y él prolongó la vida del rey.