7 Hazte querer de la asamblea, ante un grande baja tu cabeza.
8 Inclina al pobre tus oídos, responde a su saludo de paz con dulzura.
9 Arranca al oprimido de manos del opresor, y a la hora de juzgar no
seas pusilánime.
10 Sé para los huérfanos un padre, haz con su madre lo que hizo su
marido. Y serás como un hijo del Altísimo; él te amará más que tu madre.
11 La sabiduría a sus hijos exalta, y cuida de los que la buscan.
12 El que la ama, ama la vida, los que en su busca madrugan serán
colmados de contento.
13 El que la posee tendrá gloria en herencia, dondequiera que él entre,
le bendecirá el Señor.
14 Los que la sirven, rinden culto al Santo, a los que la aman, los ama
el Señor.
15 El que la escucha, juzgará a las naciones, el que la sigue, su tienda
montará en seguro.
16 Si se confía a ella, la poseerá en herencia, y su posteridad seguirá
poseyéndola.
17 Pues, al principio, le llevará por recovecos, miedo y pavor hará
caer sobre él, con su disciplina le atormentará hasta que tenga confianza en
su alma y le pondrá a prueba con sus preceptos,
18 mas luego le volverá al camino recto, le regocijará y le revelará
sus secretos.
19 Que si él se descarría, le abandonará, y le dejará a merced de su
propia caída.