2 No te dejes arrastrar por tu deseo y tu fuerza para seguir la pasión
de tu corazón.
3 No digas: «¿Quién me domina a mí?», porque el Señor cierto que te
castigará.
4 No digas: «Pequé, y ¿qué me ha pasado?», porque el Señor es
paciente.
5 Del perdón no te sientas tan seguro que acumules pecado tras
pecado.
6 No digas: «Su compasión es grande, él me perdonará la multitud de
mis pecados.» Porque en él hay misericordia, pero también hay cólera, y en
los pecadores se desahoga su furor.