30 Con todas tus fuerzas ama al que te hizo, y a sus ministros no
abandones.
31 Teme al Señor y honra el sacerdote, dale su porción como te está
prescrito: primicias, sacrificios de reparación, pierna de las
ofrendas,
oblación de santidad y primicias de las cosas sagradas.
32 También al pobre tiéndele tu mano, para que tu bendición sea
perfecta.
33 La gracia de tu dádiva llegue a todo viviente, ni siquiera a los
muertos les rehúses tu gracia.
34 No te rezagues ante los que lloran, y con los afligidos muéstrate
afligido.
35 No descuides visitar al enfermo, que por obras de éstas ganarás