...la Biblia de Jerusalén
Efesios 5, 15-32
15 Así pues, mirad atentamente cómo vivís; que no sea como
imprudentes, sino como prudentes;
16 aprovechando bien el tiempo presente, porque los días son malos.
17 Por tanto, no seáis insensatos, sino comprended cuál es la voluntad
de Señor.
18 = No os embriaguéis con vino, = que es causa de libertinaje;
llenaos más bien del Espíritu.
19 Recitad entre vosotros salmos, himnos y cánticos inspirados;
cantad y salmodiad en vuestro corazón al Señor,
20 dando gracias continuamente y por todo a Dios Padre, en nombre
de nuestro Señor Jesucristo.
21 Sed sumisos los unos a los otros en el temor de Cristo.
22 Las mujeres a sus maridos, como al Señor,
23 porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es Cabeza de
la Iglesia, el salvador del Cuerpo.
24 Así como la Iglesia está sumisa a Cristo, así también las mujeres
deben estarlo a sus maridos en todo.
25 Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia y
se entregó a sí mismo por ella,
26 para santificarla, purificándola mediante el baño del agua, en virtud
de la palabra,
27 y presentársela resplandeciente a sí mismo; sin que tenga mancha
ni arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada.
28 Así deben amar los maridos a sus mujeres como a sus propios
cuerpos. El que ama a su mujer se ama a sí mismo.
29 Porque nadie aborreció jamás su propia carne; antes bien, la
alimenta y la cuida con cariño, lo mismo que Cristo a la Iglesia,
30 pues somos miembros de su Cuerpo.
31 = Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su
mujer, y los dos se harán una sola carne. =
32 Gran misterio es éste, lo digo respecto a Cristo y la Iglesia.