...la Biblia de Jerusalén
Efesios 5, 26-33
26 para santificarla, purificándola mediante el baño del agua, en virtud
de la palabra,
27 y presentársela resplandeciente a sí mismo; sin que tenga mancha
ni arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada.
28 Así deben amar los maridos a sus mujeres como a sus propios
cuerpos. El que ama a su mujer se ama a sí mismo.
29 Porque nadie aborreció jamás su propia carne; antes bien, la
alimenta y la cuida con cariño, lo mismo que Cristo a la Iglesia,
30 pues somos miembros de su Cuerpo.
31 = Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su
mujer, y los dos se harán una sola carne. =
32 Gran misterio es éste, lo digo respecto a Cristo y la Iglesia.
33 En todo caso, en cuanto a vosotros, que cada uno ame a su mujer
como a sí mismo; y la mujer, que respete al marido.