9 Rejum el gobernador, Simsay el secretario y demás colegas; los
jueces y los legados, funcionarios persas; las gentes de Uruk, de Babilonia y
de Susa - es decir los elamitas -
10 y los restantes pueblos que el gran Asurbanipal deportó y
estableció en las ciudades de Samaría y en el resto de Transeufratina.
11 Esta es la copia de la carta que le enviaron: «Al rey Artajerjes, tus
servidores, las gentes de Transeufratina, etc.
12 Ha de saber el rey que los judíos que subieron de tu lado hacia
nosotros y llegaron a Jerusalén están reconstruyendo esta ciudad rebelde y
perversa; tratan de levantar las murallas, y ya han echado los cimientos.
13 Sepa, pues, el rey, que si esta ciudad se reconstruye y se levantan
sus murallas, no se pagarán más impuestos, contribución ni peaje, y al fin
esta ciudad perjudicará a los reyes.
14 Ahora bien, a nosotros, puesto que comemos la sal del palacio, nos
resulta intolerable ver esta afrenta que se hace al rey; por eso enviamos al
rey esta denuncia,
15 para que se investigue en las Memorias de tus padres: en estas
Memorias encontrarás y te enterarás de que esta ciudad es una
ciudad
rebelde, molesta para los reyes y las provincias, y que en ella se
han
fomentado insurrecciones desde antiguo. Por este motivo fue destruida esta
ciudad.
16 Nosotros informamos al rey que, si esta ciudad se reconstruye y se
levantan sus murallas, bien pronto ya no tendrás más
territorios en
Transeufratina.»
17 El rey envió esta respuesta: «A Rejum, gobernador, a Simsay,
secretario, y a los restantes colegas residentes en Samaría y demás lugares
en Transeufratina, paz, etc.
18 «El documento que nos habéis enviado ha sido traducido y leído en
mi presencia.
19 Di orden de que se investigase, y se ha encontrado que esta ciudad
se ha venido rebelando contra los reyes desde antiguo, y que por ella se han
fomentado revueltas e insurrecciones.
20 Que hubo en Jerusalén reyes poderosos, cuyo dominio se extendía
sobre toda Transeufratina: se les pagaba impuestos, contribuciones y peaje.
21 Ordenad, pues, que se interrumpa la empresa de esos hombres: esa
ciudad no debe ser reconstruida hasta nueva orden.