22 hasta la suma de cien talentos de plata, cien cargas de trigo, cien
medidas de vino y cien medidas de aceite; la sal se le dará sin tasa.
23 Todo lo que ordena el Dios del cielo, debe ser cumplido con celo
para la Casa del Dios del cielo, a fin de que la Cólera no caiga
sobre el
reino del rey y de sus hijos.
24 Os hacemos saber también que no se puede percibir impuesto,
contribución o peaje, de ninguno de los sacerdotes, levitas, cantores,
porteros, donados, de ninguno de los servidores de esta Casa de Dios.”
25 «Y tú, Esdras, conforme a la sabiduría de tu Dios, que posees,
establece escribas y jueces que administren la justicia a todo el pueblo de
Transeufratina, a todos los que conocen la Ley de tu Dios. A
quienes la
ignoran, habréis de enseñársela.
26 Y a todo aquel que no cumpla la Ley de tu Dios y la ley del rey,
aplíquesele una rigurosa justicia: muerte, destierro, multa en dinero o
cárcel.»